Cuatro muertos y al menos 15 heridos en los incidentes en el Capitolio
Dentro del edificio se llevaba adelante el recuento de votos a cargo del Colegio Electoral.
La violenta jornada que se vivió en Estados Unidos el miércoles, en la que cientos de manifestantes que expresaron apoyo a Donald Trump ingresaron al Capitolio en Washington DC, dejó un trágico saldo de cuatro muertos y al menos 15 heridos.
Dentro del edificio, en el que se llevaba adelante el recuento de votos a cargo del Colegio Electoral, se vivió un hecho sin precedentes en la historia del país norteamericano. Enfrentamientos, gases y balazos. Ahora rige el toque de queda en toda la ciudad. Las autoridades locales confirmaron que, por el momento, detuvieron a unas 50 personas.
Las imágenes conmocionaron al mundo: congresistas que corrían a refugiarse mientras evacuaban al vicepresidente Mike Pence, humo, caos, gente que destruía estatuas, con caras tapadas, pancartas y palos en mano. Se sacaban selfies en las bancas y hasta fuego.
En principio se informó de la muerte de una mujer por el disparo de un agente, pero horas más tarde actualizaron esa cifra al constatar que las muertes fueron cuatro. Las otras tres personas, cuya identidad no fue revelada, habrían perdido la vida por “urgencias médicas”, según indicó el jefe de la Policía Metropolitana de Washington Robert Contee.
Cientos de seguidores del ahora expresidente Trump pudieron ingresar al edificio luego de derrumbar las vallas que rodeaban la parte trasera del Congreso estadounidense en la capital del país. Adentro, se intentaban contar los votos que finalmente confirmaron a Joe Biden como flamante mandatario. La sesión se suspendió de emergencia pasadas las 13.
Contee aseguró además que las autoridades encontraron y desactivaron dos bombas caseras en las inmediaciones de las sedes de los comités nacionales de los partidos demócrata y republicano. Además, se encontró un vehículo en los alrededores del Capitolio donde había un rifle y hasta diez molotov, según difundió la cadena CNN.
La Policía ordenó al personal y a los legisladores abandonar el lugar y pidió refuerzos. Mientras tanto, los grupos violentos sumergían al Capitolio y a todo Washington en un clima inédito, la alcaldesa Muriel Browser instaló el toque de queda en la ciudad, que quedó en extrema tensión y sitiada por fuerzas de la Guardia Nacional y el FBI que llegaron para intentar controlar la situación.
Por otra parte, extendió durante quince días más el estado de emergencia pública en la capital, hasta después de la investidura del presidente electo prevista para el 20 de enero.
Los manifestantes habían llegado desde todo el país, arengados por Trump, que buscaba mantener hasta el último minuto la versión de un supuesto fraude. Algunos grupos de ultraderechistas armados, como los Proud Boys, con uniformes camuflados y chalecos antibalas, suelen asistir a este tipo de estas marchas, e incluso protagonizaron actos violentos que nunca fueron repudiados ni cuestionados por el expresidente.